18 de septiembre de 2008

A good beginning!

Ya llegamos oeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoe

Sí, ya estamos aquí, como prometimos, directos desde el inframundo del Northumberland Hotel. Hoy ha sido un día duro, cansado pero sobre todo sorprendente, y la primera impresión no ha podido ser mejor.

El día empezaba (o casi mejor, "no acababa") con el tremendo madrugón a las 5AM y el viaje en coche hasta Málaga, en el que vi pasar mi vida por delante de mis ojos en numerosas ocasiones (Atanasio = Dios, y eso es así). Llégabamos al aeropuerto con un millón de horas (aprox.) de adelanto así que nos hundimos en nuestros cubos de café y a ver pasar el tiempo. Atanasio, a partir de ahora, Pepito Grillo, nos guió por el alegre sendero de la facturación de maletas pero ella estaba allí, sí amigos y amigas, ella, la más puta del lugar, dispuesta a clavarnos 50 euros entre los dos por exceso de equipaje. Todo indicaba que algo estaba podrido en el estado de Dinamarca... Más concretamente de mi equipaje de mano, según palabras textuales de la amable operadora del aeropuerto, "no me ha gustado lo que hay dentro". Sí, puedo admitir con lágrimas en los ojos que ambos, y repito: ambos, fuimos cacheados sin miramientos, desvestidos nuestros pieses y rebuscadas nuestras maletas, casi llegando al extremo de ser acusados de terroristas islámicos seguramente por nuestro aspecto desaliñado, mientras el sombrerero loco, talibán donde los hubiera, proseguía su marcha impunemente. The magic of thinking big fue sin duda un poderoso aliado para nuestro némesis particular durante aquel vuelo... Y ya sin más, doy paso a mi excelso compañero de fatigas Jovi para que continúe este relato.

Y así fue como, entre nervios y la ira provocada por esa mala pécora, embarcamos al avión. Allí, Tarod me mostró una faceta desconocida para mí hasta el momento, el significado del miedo a volar. El momento del despegue, tan emocionante para mí como puede serlo una montaña rusa, provocaba en mi compañero una reacción inusitada y cuanto menos inquietante. Su cara empalidecía, hiperventilaba y sin duda, lo más gracioso de todo, las muecas que me ofrecía cada vez que se escuchaba un ruído extraño del motor. Así que tras las ininteligibles instrucciones que profería una marchita azafata de vuelo y las incongruencias del ser que teníamos sentado delante nuestro (un clon de Robinho fornido), avistamos tierra... Adelante Tarod, demuéstranos lo que vales.

Avistando tierra o nube, veía como lentamente se acercaba el final de mi suplicio en las alturas. Al aterrizar todo era jijiji y jajaja, al ver los afamados carteles absurdos de la vieja Inglaterra, o al comprobar que la mayoría de operarios del lugar balbuceaban un inglés cuánto menos cómico. Nuestro siguiente objetivo: el tren que une el aeropuerto de Gatwick con King's Cross. A nuestro rescate acudió una linda personita, de nombre seguramente indescifrable, que nos guió con premura en el trayecto. Medio inglesa, medio húngara (o búlgara, nunca fuimos capaces de descifrar su jerga), esa amable señorita queda en el recuerdo como nuestra primera acquaintance de lo que debe ser una lista interminable (o no). Una vez finalizada la triste despedida, aunque en realidad ella siguiera a menos de 2 metros de nosotros sentada en el mismo tren, vislumbramos a través del cristal los primeros paisajes londinenses. En general, ñorda.

Continuará...

2 comentarios:

azahara.85 dijo...

y ese miedo jesus???? jejeje creo q ya tengo fexa para ir alli,bueno de la de ida no estoy segura, la vuelta kiero q coincida cn alguna vuelta d jesus!!!! bueno y los 50 euros al final q??? q cojones llevabais en el ekipaje d mano????? xD un besazoo corassonesss

Jesús SL dijo...

Jajaja que cerda, pa reirte de mí mientras me entran los sudores fríos... Que no es pa tanto! Le tengo su respeto, eso sí... y las turbulencias me joden la vida... A ver, es lo que tengo!

Aunque estemos hablando ahora mismo por MSN, un besito guapa, cuidate.